Gilda teme a la muerte, lo normal. Solo que también le da miedo seguir viva, y lo que eso supone. Lidiar con una familia excesiva. Pagar facturas. Dar un paso adelante en su relación con Eleanor.
Cuando empieza a trabajar de secretaria en la iglesia St. Rigobert (un poco por error), encuentra una nueva perspectiva acerca de la muerte y la supervivencia. Allí conocerá al párroco Jeff, quien llora a escondidas tras cada funeral, al coach motivacional profundamente desmotivado Giuseppe, que la llama todas las noches para pedirle una cita. A una anciana amante de los gatos, con quien intercambia correos. Gente a la que la vida no se le da excesivamente mejor que a ella, y sin embargo sigue intentándolo.
Porque vamos a morir todos. Pero no hoy.
Vamos a morir todos
Emily Austin nació en Ontario, Canadá. Estudió Lengua y Literatura Inglesas en el King’s University College, y Biblioteconomía y Ciencias de la Información en la Western University. Aunque recibió una educación católica, pronto se dio cuenta de que le era imposible sentirse identificada con la comunidad religiosa. En Vamos a morir todos, su primera novela, recoge la desazón de su juventud, siempre apoyada en un sentido del humor que considera fundamental en su vida. Su debut ha sido galardonado con la medalla del humor Stephen Leacock, ha sido finalista de los premios Ottawa Book Awards y preseleccionada para el premio Amazon First Novel Award. Austin es una de las máximas referentes de la literatura queer canadiense.
Emily Austin recibió una educación católica, lo que no tardó en entrar en conflicto con su identidad LGTBI+.
Vamos a morir todos, considerado uno de los mejores debuts de los últimos años, ha estado nominada a múltiples premios que destacan su humor y ternura